En este diálogo, el teólogo brasileño
Afonso Murad, revela la conexión de la minería con la teología y cómo, a partir
de los desafíos concretos de la minería, podemos hacer lectura de la fe
cristiana. Esa es la cuestión central de la Ecoteología. La entrevista la
realizó el misionero comboniano Dário Bossi, de la Red Iglesias y Minería:
Seguramente
muchos se preguntarán ¿qué conexión puede existir entre la Teología y la
Minería?, y también ¿de qué manera la Ecoteología puede ser útil a las
comunidades que resisten y a las iglesias que se oponen al impacto de la
minería?
La minería es
un sector dentro de la cadena productiva de economía del mercado, donde la
gente percibe un mayor impacto directo sobre el ambiente. La destrucción de las
fuentes de agua, la destrucción de los bosques, un impacto sobre el agua y toda
la biodiversidad, entonces, claro que eso tiene que ver muy de cerca con la
teología.
Segundo,
percibimos como la minería es un fenómeno de destrucción, aniquilamiento de las
comunidades que están en sus territorios que ahora son ocupados por las
empresas mineras. Entonces, son grandes exigencias para los cristianos en
defensa de los pobres, de las comunidades tradicionales: quilombolas,
indígenas, comunidades ribereñas. Esto nos toca de cerca, de alguna manera nos
convoca a estar al lado y junto a los débiles. En ese sentido, diría que la
minería da muchas cosas a la teología porque trae elementos nuevos, fuertes y
nosotros aquí estamos, queriendo hacer ese largo camino de lectura de la fe
cristiana a partir de esos desafíos específicos que nos plantea la actividad
minera.
¿Cómo
define usted a la Ecoteología?
La teología es
una reflexión crítica, sistemática, elaborada sobre la fe cristiana o sobre
cualquier tema significativo, a luz de la fe cristiana. Desde ese punto de
partida, la Ecoteología es una teología que se hace en el horizonte de la
ecología -no es que ella trata solo de ecología-, Sino que lo hace desde la
convicción que nosotros, seres humanos, formamos parte de la Casa Común, del
planeta tierra. Esta Casa Común que la habitamos con otros seres abióticos como
el agua, el aire, la energía, el sol, y todos los otros seres vivos desde las
plantitas hasta los grandes árboles, desde los insectos hasta los mamíferos.
Nosotros somos parte de esa tierra, de esa Casa Común. Por lo tanto, nosotros
somos responsables para que ella continúe habitable, esa es la gran realidad
que nos impulsa a hacer una Ecoteología. O sea, cómo comprender la llamada
doctrina cristiana, la Revelación, cómo vivir la fe cristiana dentro de ese
horizonte. Y, también, Cómo contribuir para tornar nuestro planeta más
habitable y más guiado principalmente por los más pobres.
¿Qué espera
usted de la Red Iglesias y Minería, en un contexto en que las empresas se están
acercando también a las iglesias y, por otro lado, las comunidades están
pidiendo apoyo? En un futuro, cuáles son los pasos que la red puede realizar
Una primera
cosa para mí como teólogo, participar de la red es un aprendizaje constante. Yo
nací en una región donde oía como pasaba el tren llevando mineral de hierro
todos los días. Pero, yo nunca me di cuenta de lo que éso significaba para el
medio ambiente, y para las poblaciones afectadas.
Sucede qué la
minería es una dimensión invisible de la explotación. Quienes vivimos en las
ciudades desconocemos los problemas que genera la minería; la minería de
hierro, de oro, de los metales radioactivos, eso nos toca muy poco. Nosotros
consumimos materiales relacionados a los metales y no sabemos de dónde vienen
ni qué impactos causan. Entonces, yo pienso que el tema de la minería es muy
importante para la Ecoteología y para las Iglesias.
En referencia
a la importancia de las redes: Trabajar en red es fundamental, exactamente
porque nosotros somos débiles. El poder económico de las grandes mineras que
hacen una alianza perversa con el poder político, nos convoca a juntarnos. Y
ahí pienso también que la Red Iglesias y Minería, efectivamente tiene que ser
más ecuménica, de “iglesias”. Reunir, por ejemplo, a las pequeñas iglesias
evangélicas, que son minoría, pero que están comprometidas con la cuestión
social para así tener más fuerza. Ese tipo de red son efectivas porque divulgan
información, muestran las luchas exitosas, ayudan a madurar la metodología y a
responder esa pregunta vital que es: ¿cuáles son las estrategias exitosas de
nuestros aliados -y de nosotros también- y cuáles son las estrategias que
nuestros opositores utilizan. Si no trabajamos en red, muy poco podemos
avanzar.
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